Las aguas turbias que recorren el vecino país de Honduras donde los grupos militares deportaron al Presidente Manuel Zelaya hacia Costa Rica, presagian un futuro no muy alentador. A estas alturas del siglo XXI no puedo creer que haya un golpe de estado y que la guarrilla sea tan fuerte en un país donde sus medios socio-económicos son realmente bajos.
Ya Zelaya no es el Presidente de Honduras, por lo que el Congreso proclamó a Roberto Micheletti como su nuevo mandatario. Pero, ¿los militares se quedarán con los brazos cruzados? ¿Qué pasará con Zelaya? ¿Cuando llegará la paz a Honduras? Es difícil responder estas interrogantes a corto plazo así que tendremos que esperar el desarrollo de este Golpe de Estado que nos ha mantenido en vela. Honestamente le achaco la culpa a Manuel Zelaya por querer cambiar la constitución hondureña para poder reelegirse porque a partir de ahí es como nacen las dictaduras que tanto daño le han causado a los paises de América Latina. Zelaya alega en su defensa que lo que pretendía era envíar a consulta popular su posible reelección, algo que no le pareció al pueblo hondureño y de ahí que los militares tomaran cartas en el asunto. Lo único que queremos es que este capítulo no tenga derramamiento de sangre de por medio porque sería fatal un desenlace de esta índole con dictaduras militares, barbaries y represiones a las cuales repudio rotundamente.
Ya Zelaya no es el Presidente de Honduras, por lo que el Congreso proclamó a Roberto Micheletti como su nuevo mandatario. Pero, ¿los militares se quedarán con los brazos cruzados? ¿Qué pasará con Zelaya? ¿Cuando llegará la paz a Honduras? Es difícil responder estas interrogantes a corto plazo así que tendremos que esperar el desarrollo de este Golpe de Estado que nos ha mantenido en vela. Honestamente le achaco la culpa a Manuel Zelaya por querer cambiar la constitución hondureña para poder reelegirse porque a partir de ahí es como nacen las dictaduras que tanto daño le han causado a los paises de América Latina. Zelaya alega en su defensa que lo que pretendía era envíar a consulta popular su posible reelección, algo que no le pareció al pueblo hondureño y de ahí que los militares tomaran cartas en el asunto. Lo único que queremos es que este capítulo no tenga derramamiento de sangre de por medio porque sería fatal un desenlace de esta índole con dictaduras militares, barbaries y represiones a las cuales repudio rotundamente.
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